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Cuidados

Hidratación

La hidratación de nuestras mascotas es un aspecto muy importante en su dieta, especialmente en épocas de mucho calor. Te aconsejamos siempre mantener agua fresca y limpia a su disposición, en un lugar accesible y fresco. Si notás que a tu perro le cuesta tomar líquido, podés colocar su plato en otro sector de la casa, más accesible o que simplemente le resulte más a gusto.

Cambiá el agua del depósito regularmente y evitá que la tome de la pileta ya que el alto contenido de cloro que contiene esta no les hace bien y puede provocarle descomposturas. Recordá reforzar este hábito durante altas temperaturas, la deshidratación puede ocasionar la descompensación de tu mascota.

A la hora de pasear, recordá llevar agua fresca para tu perro y hacerlo en las horas menos calurosas del día.

Pelo y cepillado

La salud del pelo de tu perro es muy importante para su bienestar. Su brillo es una de las cualidades para determinar si el alimento que está consumiendo le aporta los nutrientes que necesita.

El cepillado tiene una doble función: permite remover las células muertas y es una forma de conectarnos con nuestra mascota y acostumbrarlo al contacto humano mediante el cariño y afecto. Se recomienda realizarlo después del paseo y aprovechar la oportunidad para revisarlo estando tranquilo para buscar pulgas, garrapatas o cualquier anormalidad.

La frecuencia de cepillado y el tipo de cepillo depende del tipo de pelo, cuanto más largo, mayor deberá ser la frecuencia. Consultá con tu veterinario sobre esta práctica.

Baño

La frecuencia de baño para tu perro depende mucho de su estilo de vida, si vive en la ciudad o el campo y cuánto es lo que se ensucia. Es importante tener en cuenta que bañar muy seguido a nuestra mascota puede perjudicar su PH y defensas. Para perros que tienen mucha actividad al aire libre y se ensucian seguido se recomienda bañarlo cada 15 días. Para perros que viven en la ciudad o en departamentos se aconseja hacerlo solo una vez al mes.

Siempre hay que tener en cuenta: usar poca cantidad de shampoo y que sea uno específicamente indicado para perros, desenredar previamente su pelo, que la temperatura del agua sea templada, ¡y disfrutar del baño! El secado primero debe ser con toalla y luego con secador.

Las orejas y ojos son áreas de por sí sensibles y algunos perros pueden ser propensos a infecciones. En cualquier caso, de notar algo inusual, enrojecimiento u otras condiciones que te hagan dudar o/y y/o si tu perro es sensible en general, consultá con tu veterinario antes de realizar el baño y pedile una demostración sencilla de cómo realizarlo.

Los ojos se pueden limpiar suavemente con una gasa de algodón humedecida en agua tibia, utilizando una diferente para cada ojo.

Si notás un poco de tierra o suciedad en los oídos de tu perro, y estos se encuentran en estado normal, podés limpiarlos con una gasa de algodón seca o papel tissue, únicamente en la zona exterior. No introduzcas ningún elemento más allá de la zona que observes exteriormente, ya que fácilmente podrías dañar su aparato auditivo sin intención.

Otra forma de mantener a tu perro limpio es mediante el cepillado regular para liberarlo de pelos sueltos, células muertas y alguna suciedad o polvillo.